lunes, 14 de febrero de 2011

Escupido

Sí… es Cupido quien debe tener una puntería certera al lanzar las flechas de amor, pero desde luego, ya podría hacer un test la mayoría de las veces… por si acaso

Una vez más, nos sorprende el día “D”. En este caso, el de los enamorados, cómo si el resto de los mortales no tuvieran derecho a celebrar, por ejemplo, su santo, cumpleaños, o el aniversario de haber terminado al fin la carrera… Pero es ese invento de marketing que durante años se ha empeñado en marcar días para que regalemos de forma insistente e indiscriminada, bajo sospecha de que si no regalas, no amas… y es que ese sentimiento de rebeldía a entrar en el mundo de un consumo un tanto absurdo, se ha convertido en una prueba palpable de falta de amor hacia la media naranja… ya no basta con querer, ahora, además, hay que poner dinero para demostrarlo… nada de besos, citas románticas o puestas de sol… Visa a tutiplén y cómodos plazos que ya veremos cómo se pagan… pero es que el amor es tan bonito…

Pues bajo esta presión, hoy llegué a casa sin regalo, así que para salir del paso, le dije a mi pareja: “Hoy te voy a regalar una cena romántica”. La idea, no por original si no por sorprendente, me ha salvado, al menos este año, pero… ah, sorpresa….

Lo primero que he tenido que hacer es aclarar que una cena romántica no significa irse a un sitio fuera de casa, así que me he ido a una tienda de “chinos” y he comprado dos velas por 50 céntimos para crear un ambiente agradable… he quitado la tele para que se cree un tono relajado y me he dirigido directamente a la nevera para preparar la cena… Que ingenuo he sido; a estas alturas de mes, final ya una vez que nos han pasado todos los recibos, la nevera no tenía ni la clásica botella de agua fresquita…

¿Qué hacer??? Pues improvisar… así que he ido buscando que había por ahí… tres zanahorias con tallos verdes, dos cebolletas, un huevo… hmmm. Empezamos a hurgar en los armarios… un bote casi gastado de pimentón (de la Vera, que al menos eso, viste mucho)… y mi bocadillo para el día siguiente… Ya está (Eureka lo tiene patentado Arquímedes) me dije: Unas sopas de ajo… así que cogí todo el verde de las pocas verduras que teníamos… un poco de aceite, algo de sal y todo a cocer para hacer un rico caldo… aparte, seis dientes de ajo bien picados, el poco jamón del bocadillo también picado y el pimentón de la vera, todo ello rehogado en aceite…

Una vez que el caldo estaba hecho, lo he colado, y mientras cocía, le añadí el huevo que había en la nevera… al poco le añadí unas rebanadas de pan (duro, que de eso entiendo), y el sofrito de ajos, jamón y pimentón…

Que gratificante es hacer un regalo sencillo y original... Tras esta grata experiencia, ahora me falta una para ser pareja…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno Buho..

que no hay que ponerse así...

que te entendemos..

eres como el mas común de los hombres, ja, ja, ja..

no pasa nada..

búscate esa pareja y verás como si de verdad la amas cada día, te pasa el regalito de San Valentin..

seguro, seguro..

empieza por lo mas difícil que es encontrarla a ella, ja, ja, ja.

lo demás irá rodado.. seguro....



Besos

Calandraca dijo...

Jajajaja. Eres SoRpReNdEnTe hasta el final... Me gusta leerte.
¡Uhmmm! el caldito rico estaba no?

Un abrazo.

Isabel dijo...

Pero Pablo...nada mejor que el amor propio,amigo...:-)
Tienes que quererte más...Condición imprescindible para que te quieran los demás...
Yo ya te quiero un montón... :-)
Besitos.

Coronita de reina dijo...

Uhmmmm, que rica sopa!
para el proximo año...pan y cebolla?
Bss y feliz no san valentin