jueves, 28 de febrero de 2008

Pistolas



El tacto del frío metal, le pareció chocante… no parecía ni que fuese tan pesado ni tan frío… Con cuidado se lo colocó en la mano y el frío fue desapareciendo, a medida que el peso parecía también disiparse…

Se sintió importante… poderoso… respetado… tal vez, temido… sabía que en aquel momento, él era alguien especial, importante, único…

Apretó el gatillo y sintió el golpe en su propio cuerpo… el ruido intenso, el olor a pólvora, el calor que desprendía de pronto… y la adrenalina que había alcanzado cotas extraordinarias…

Así de sencillo… ahora se creía con el poder de dios… no para dar vida, pero sí para poder quitarla…

Que juego tan excitante…

4 comentarios:

Isabel dijo...

Si algo hay que me provoca verdadero miedo no es la pistola en sí,sino el poder que ejerce sobre quien la posee.
No me gusta ese fatídico invento para colmar la sed de violencia humana.
Vamos, no me gusta ningún tipo de violencia,en realidad;la figurada tampoco.Espero que nunca tengas que enfrentarte a ella.Disfruta el fin de semana,sin violencia,por supuesto.;-)

ROSA dijo...

Me asusta la mirada en la fotografía, la ligera sonrisa, las gafas de sol...;son más frías que el fuego y el poder de las palabras.
Las armas me dan pánico.

PIZARR dijo...

Me encanta todo lo que signifique puntería, porque supone mucha concentración y eso es ideal para el equilibrio. Sin embargo tengo pánico a las armas.

Hubo un tiempo en el que practiqué en el campo de tiro con pistolas y me las tenían que cargar por el miedo. Lo dejé enseguida.

Ahora solo disparo en las ferias.

Estoy con lo que dice Isabel, sobre el miedo al poder que ejercen las armas sobre quien las posee.

Mandarina azul dijo...

Es triste tu texto, porque la realidad está llena de personajes como el que también has dibujado...
Las noticias nos los ponen ante nuestros ojos a diario.
Qué pena me da.

Abrazo grande, Búho. :)