viernes, 7 de diciembre de 2007

Niebla

Ayer, desde lontananza, la niebla se deslizaba lentamente por la ladera de la montaña, como la espuma que escurre por el exterior de una jarra de cerveza… blanca y hasta ese punto de pícara y gratificante.

Hoy, la niebla ha llegado a la ciudad, y como si de una serpiente se tratase, la ha ido engullendo lentamente, despacio, sin prisa, sin pausa…

Lentamente, la ciudad ha quedado aprisionada en esas nubes bajas que invitan a permanecer en casa, que juegan algunas veces para hacernos perdernos entre calles no muy conocidas o a recordarnos que la prudencia en la carretera es más esencial que de costumbre.

Hoy, la niebla forzó a un sol cansino y perezoso a intentar iluminar la ciudad… tan sólo pudo pintar el cielo que otrora se mostrase azul, en una perlada cúpula, que a pie de calle, se rompe por el reflejo difuso de las farolas que aún permanecen encendidas.

Las luces de las casas se alternan y como una gigantesco mosaico navideño, se encienden y se apagan si un ritmo ni frecuencia, hasta que la luz del día consigue apagarlas, casi por completo.

La ciudad se pierde en la niebla y en cada casa, en cada persona, resurgen sensaciones distintas… la ciudad, el barrio, la calle, se ha tornado en un inmenso crisol de sentimientos y sensaciones variopintas, multicolores, como una increíble orquesta donde todo encaja sin que nadie lo sepa… Unos son felices, otros son tristes, otros, no lo saben…

Imagino a la gente que mira por las ventanas, mira la niebla y calla sus verdades… unos, por miedo a herir, otros por que consideran que su verdad es demasiado simple y poco valiosa, y otros, otros muchos, simplemente por que no tienen a quien decírsela…

Pero tal vez a la tarde, la niebla se disipe… el sol, aún cansino, teñirá de azul la cúpula que cubre la ciudad, antes de que los anaranjados del ocaso tornen en un mundo multicolor el atardecer que antecede a la noche… luego la ciudad volverá a despertar de su letargo matutino y reemprenderá el camino de la diversión y la gente dejará sus verdades en la casa y saldrá a la calle a compartir ese momento, o tal vez a encontrar a alguien que esté dispuesto a escuchar… la calle cobrará la vida que el día no puede darle… o tal vez la vida que la niebla oculta.





Celtic woman "siuil a run" Walk my love

3 comentarios:

Alberto dijo...

Casualmente hoy hemos amanecido con una espesa niebla...

Para meterme mas en tus lineas.

;-)

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Me gustan los días de niebla. Fría, húmeda, desdibuja cualquier perfil, iguala, lo feo y lo hermoso.

Ya se que es un poco tonto, pero me gustan estos días.

Besos

Isabel dijo...

La niebla nos esconde de los demás pero nunca de nosotros mismos.Me gustan esos días de intromisión,amigo...
Me gustó tu descripción del día;muy bien escrito,Pablo.
Espero que el dia de mañana sea mucho más soleado.Disfruta los dias de descanso. :-)
Un beso.