martes, 11 de diciembre de 2007

Camión

Los destellos azules de la policia me hicieron apretar más aún el pie sobre el acelerador, sorteando todos aquellos vehículos que aparecian por doquier.

La aguja del velocímetro tiritaba hacia la derecha del marcador, como temerosa de la captura e intentando dar más velocidad de lo que el coche podía... No tuve otra opción que sujetar firmemente el volante con mi mano izquierda, mientras que la derecha jugueteaba, presta a entrar en acción, entre la palanca de cambio y el freno de mano... mis pies, tan temblorosos como la aguja, eran una continuación de los pedales, donde el freno había sido ignorado por completo.

Sin embargo, no era capaz de dejar atrás a mis tenaces perseguidores, en aquella amplia avenida donde los semáforos ya no tenían sentido... Decidí desviarme por calles secundarias, esperando poder despistar a quienes iban tras de mí, así que estuve atento para encontrar un lugar donde poder girar.

La próxima calle parecía un buen lugar, así que apenas unos pocos metros el volante se giró bruscamente y con un chirriar de neumáticos que levantó una pequeña nube de humo, mi coche enfiló aquella calle, cuando de repente un inmenso camión estaba frente a mí...

Lo último que pude pensar es que en aquel pais, conducen por la izquierda...

1 comentario:

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Ay, ay... mira que te dije que me parecia raro que todo el mundo nos diera las luces...

Y me llamabas pesada.

Besos